Las plantas medicinales frescas son nuestras aliadas a la hora de cuidar y mantener la salud pues, gracias a sus principios activos, nos ayudan a prevenir y tratar diferentes problemas o enfermedades. Hoy, Día Mundial de la Salud, queremos destacar las plantas cuyos efectos han sido comprobados por la ciencia.
Arnica montana
El árnica es una planta muy utilizada, de manera tópica, para combatir el dolor y la inflamación. Posee propiedades antiinflamatorias que, tal y como ha demostrado un estudio publicado en la revista American journal of therapeutics, ayudan en el tratamiento del dolor postoperatorio, edemas y hematomas.
También mejora golpes, contusiones y torceduras. Además, disminuye los dolores articulares de carácter reumático, las inflamaciones producidas por picaduras de insectos, los eccemas e incluso el acné.
Ginkgo biloba
El ginkgo, del que se aprovechan sus hojas frescas por sus cualidades medicinales, está considerado un fósil viviente, ya que es la única especie viva de una familia de árboles que existían hace millones de años.
El extracto de ginkgo revitaliza la actividad cerebral pues, según una investigación publicada en Complementary therapies in Medicine, mejora el suministro de oxígeno al cerebro, de ahí que se le considere un aliado idóneo para cuidar la salud cerebral. Además, un estudio en la revista Neuropsychiatric Disease and Treatment confirmó que ralentiza el desgaste de las funciones cognitivas, entre ellas la memoria.
Es por todo ello que la Agencia Europea del Medicamento (EMA) aprueba su uso en la mejora del deterioro cognitivo asociado a la edad y de la calidad de vida en casos de demencia leve.
Harpagofito
El harpagofito ayuda a combatir los dolores lumbares, así lo afirma una revisión de estudios publicada en The Cochrane database of systematic reviews. Se trata de una planta con gran poder analgésico que, además, tiene propiedades antiespasmódicas.
La importancia de las propiedades del harpagofito radica en su raíz secundaria, y están basadas en diversos estudios clínicos que se han realizado a lo largo de los años por la emergente demanda del mismo.
Echinacea purpurea
La echinacea fresca es tan eficaz para combatir el virus de la gripe como el tratamiento de síntesis más habitual, así lo confirma un trabajo publicado en la revista Current Therapeutic Research, que analizó las propiedades inmunoestimulantes y antivirales de la Echinacea.
Es conocida como el antiviral de la naturaleza ya que la combinación de raíz y parte aérea de la echinacea posee principios activos que actúan contra los virus y las bacterias, por lo que es útil para prevenir y tratar los refriados. Además, su actividad inmunomoduladora ayuda a reforzar las defensas del sistema inmune.
Sabal serrulata
El sabal (o Serenoa repens L.) o palmito americano ayuda a mantener sana la próstata ya que es un tratamiento fitoterápico eficaz contra la Hiperplasia Benigna de Próstata (HBP). Así lo asegura un estudio italiano publicado en la revista Life Sciences que concluye que el sabal mejora de forma significativa los síntomas urinarios de pacientes con HBP leve o moderada.
Su uso tradicional es aprobado por la EMA para el alivio de los trastornos del tracto urinario inferior, relacionados con HBP, cuando se haya descartado la existencia de otra patología.
Noticias de Salud por A.Vogel
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